El buitre negro (Aegypius monachus) es el ave carroñera de mayor envergadura que habita en España y su silueta imponente era habitual en el Sistema Ibérico Sur hasta hace un siglo, cuando desaparecieron las últimas colonias residentes al disminuir también las masas forestales del territorio.
Un proyecto de reintroducción impulsado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con la dirección de la Consejería de Desarrollo Sostenible y el Parque Natural del Alto Tajo, y ejecutado por la asociación Terra Naturalis y Rewilding Spain, trabaja para devolver el buitre negro a este territorio. En el marco de esta acción, se han liberado recientemente siete ejemplares de buitre negro que, tras pasar siete meses en un aviario de aclimatación dentro del Parque Natural del Alto Tajo, se están familiarizando en libertad con el territorio.
Los ejemplares liberados procedían del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Chaparrillo (Ciudad Real), gestionado por la Junta de Castilla-La Mancha, a donde habían llegado por deshidratación o enfermedad. Una vez recuperadas físicamente, las aves cumplieron el periodo de aclimatación y fueron equipadas con transmisores GPS antes de su liberación, de modo que sus movimientos están monitorizados.
Esta última suelta es un nuevo paso en el programa de reintroducción, que ha liberado previamente otros 10 ejemplares desde su creación en 2020. Ese primer año se llevó a cabo el estudio de idoneidad de hábitat para la especie, mientras que las sueltas se llevaron a cabo en 2021 y 2022. El seguimiento de los animales muestra que la mayor parte de ellos sigue moviéndose principalmente por el Sistema Ibérico Sur, a pesar de haber recorrido lugares muy distantes por buena parte de España.
“Esperamos llegar a liberar en la zona un total de entre 40 y 50 ejemplares con el objetivo de que se fijen en este territorio. Los buitres jóvenes, como los liberados hasta ahora, tardan unos cuatro años en empezar a reproducirse y esperamos que cuando comiencen a hacerlo, además de significar que definitivamente se han asentado en el Alto Tajo y alrededores, atraigan también a otros ejemplares en dispersión”, ha explicado Jorge F. Layna, de Terra Naturalis, que es el biólogo responsable de este proyecto de reintroducción.
Para facilitar su asentamiento, el programa cuenta con seis muladares (puntos de alimentación donde se depositan los cadáveres del ganado que muere en la zona) repartidos por el Alto Tajo y la Serranía de Cuenca. Además, existen 16 plataformas nido ubicadas sobre otros tantos árboles, dos de los cuales cuentan con sendos señuelos.
A diferencia del buitre leonado (Gyps fulvus), que prefiere espacios rocosos, el buitre negro anida en las copas de los árboles, por lo que se trata de una especie muy sensible al deterioro forestal. Ahora, el estatus de protección existente en los bosques del Alto Tajo y la Serranía de Cuenca hace que estos espacios reúnan las condiciones necesarias para el regreso de esta ave necrófaga, cuya forma de alimentación se complementa a la perfección con la de sus parientes leonados.
Los buitres negros prefieren restos de carroña más pequeños y otros despojos que dejan los propios buitres leonados. Por este motivo, la actividad conjunta de ambas especies optimiza su capacidad para actuar como sanitarios del medio ambiente, evitando la propagación de enfermedades.
La creación de nuevas colonias reproductoras de buitre negro en Alto Tajo y el Sistema Ibérico Sur en su conjunto es clave para la conservación de la especie, considerada amenazada, tanto en Castilla-La Mancha, donde hay 508 parejas censadas, como en el conjunto de España. Aunque el número de ejemplares de buitre negro viene creciendo paulatinamente desde hace varias décadas, la población continúa muy concentrada en un número pequeño de colonias. En Castilla-La Mancha, estas se localizan en Cabañeros y el Valle de Alcudia (Ciudad Real). Esto representa un riesgo serio para la especie, ya que en el caso de que se produjese un problema para la conservación de alguna de ellas, como enfermedades o incendios, afectaría a un gran número de ejemplares y, por tanto, a la especie en su conjunto.
Potenciar los valores naturales del territorio y el ecoturismo
El asentamiento del buitre negro en el Sistema Ibérico Sur situaría este territorio más cerca de tener como habitantes permanentes las cuatro especies de buitres que existen en España. En la zona existen ya importantes poblaciones de buitre leonado y de alimoche (Neophron pernopterus). Además, Rewilding Spain trabaja también junto a Terra Naturalis, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Parque Natural del Alto Tajo en la recolonización natural del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).
“Tener buitres negros y quebrantahuesos en el territorio será un paso importante para consolidar el papel de los carroñeros en la cadena trófica, ya que al diversificar su función entre las diversas especies que pueden desempeñarla, aumenta la seguridad de que se va a desarrollar adecuadamente”, ha explicado Pablo Schapira, director de proyecto de Rewilding Spain. Además, “estas dos especies ya habitaron en su día el Sistema Ibérico Sur. Recuperarlas potenciará el gran valor de los recursos naturales del territorio, será también un reclamo para muchos amantes de la naturaleza y contribuirá a impulsar el ecoturismo”, ha añadido.
La participación de Rewilding Spain en el programa de reintroducción del buitre negro forma parte de la iniciativa de renaturalización Sistema Ibérico Sur y se llevan a cabo en colaboración con Rewilding Europe, y el apoyo financiero del Endangered Landscapes Programme y de la Fundación Cartier for Nature.