Jordi Palau dirige el área de Renaturalización de Fincas de Rewilding Spain. Además de contar con una amplia experiencia en la planificación y gestión de espacios naturales, es autor del libro ‘Rewilding Iberia. Explorando el potencial de la renaturalización en España’, la publicación de referencia sobre renaturalización en lengua española, donde analiza extensamente el movimiento de la renaturalización y su potencial en nuestro país.
¿Cuáles son los beneficios de renaturalizar una finca?
Los beneficios más obvios tienen que ver con la recuperación de las fuentes naturales de diversidad ambiental, que redundan en unos ecosistemas más variados, con mosaicos de espacios abiertos y cerrados, y una mayor biodiversidad. A su vez, estos paisajes pueden ser más resilientes a los efectos del cambio climático, por ejemplo, por un menor riesgo de grandes incendios. Además de estos beneficios ecológicos, existen otros de tipo económico y sociocultural, ya que pueden surgir nuevas fuentes de ingresos, reducirse también los costes de manejo por hectárea y, en definitiva, alcanzar modelos de gestión más sostenibles y eficientes. Por último, una finca renaturalizada puede ser un ejemplo inspirador para otras zonas similares.
¿La renaturalización solo es aplicable a territorios muy extensos?
No, cualquier espacio es susceptible de ser renaturalizado, y eso puede aportarle muchos beneficios ecológicos y socioeconómicos. Normalmente, se asocia la renaturalización con territorios muy grandes, pero en realidad el enfoque es aplicable casi a cualquier zona. La base está en analizar cuáles son los procesos naturales propios del lugar, identificando aquellos que están degradados, y ver cómo es posible restaurar su funcionalidad. En zonas grandes esto se podrá hacer con todos los componentes potenciales del ecosistema, alcanzando una intensidad de gestión bastante baja. En cambio, en fincas o parcelas pequeñas se tendrán elementos más o menos artificiales que imiten la plena naturalidad del proceso, y que seguramente requerirán un cierto grado de manejo. Pero, a cambio, tener estos procesos clave en funcionamiento redundará en una mejora de la biodiversidad y de los servicios que nos presta el ecosistema.