Una escarpada cadena montañosa de altiplanos que se abre paso en el centro de la Península Ibérica, hogar de bosques de pinos, robles y enebros que se mezclan a lo largo de estepas y espectaculares cañones fluviales.
Más de la mitad de las 850.000 hectáreas de este territorio se encuentran en áreas protegidas, principalmente como espacios Natura 2000. El escasamente poblado Sistema Ibérico Sur se encuentra en una encrucijada de climas y hábitats dinámicos y diversos que se han convertido en un santuario para un amplio abanico de especies, incluidas prósperas poblaciones de rapaces como el águila perdicera, el halcón peregrino y el búho real.
El Sistema Ibérico Sur abarca las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Aragón, donde el abandono de la tierra y la despoblación son una tendencia constante desde la década de 1960. Esto ha fomentado el regreso de ciervos, jabalíes, muflones, pequeños grupos de cabras monteses ibéricas y abundancia de alimoches y buitres leonados; pero los principales depredadores -el lince ibérico, el lobo ibérico y el oso pardo- siguen ausentes de sus laderas.
La ganadería y la caza siguen teniendo una fuerte -aunque decreciente- presencia en todo este paisaje y el turismo de naturaleza es un sector en expansión en toda la zona. Los altos niveles de biodiversidad y los bajos niveles de perturbación humana proporcionan unas condiciones muy prometedoras para que el turismo de naturaleza desempeñe un papel más importante en la diversificación y el fortalecimiento de las economías locales.